MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Uno de los detenidos por el crimen de Francis de Pablo Sáez, el joven que desapareció hace dos años en el madrileño distrito de Hortaleza, ha reconocido ante la jueza que le golpeó con una barra de hierro y que enterró el cuerpo, acompañado de otra persona, en una fosa séptica de una finca de Aldea del Fresno, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
Esta mañana, la jueza de Instrucción número 37 ha interrogado esta mañana en dependencias de los Juzgados de Plaza de Castilla a dos de los arrestados por el crimen con el objetivo de ratificar su situación de prisión preventiva.
Uno de ellos, Israel C.R., ha reconocido haber sido el autor material del crimen. El otro investigado, Fernando F.P. ha manifestado que ayudo a enterrar el cadáver bajo amenazas de Israel, que ha negado dichas coacciones y señala que su compinche fue el que propuso esconder el cadáver de Francis.
La Policía Nacional detuvo a principios el 6 de junio a seis personas, seis hombre y una mujer, relacionadas supuestamente con el asesinato del chico, cuyo rastro desapareció hace dos años. Las detenciones se produjeron tras hallarse su cadáver debajo de una cocina en una finca de la localidad de Aldea del Fresno.
Tras años de complejas investigaciones, los agentes de la Comisaría de Hortaleza lograron localizar el cuerpo de Francisco de Pablo Páez, un joven de 32 años que desapareció en extrañas circunstancias en marzo de 2022.
Después del hallazgo del cadáver, que presentaba signos de muerte de etiología homicida –concretamente un fuerte golpe en la cabeza– detuvieron a seis personas, cinco hombres y una mujer. El motivo del crimen podría haber sido una deuda que el fallecido reclamaba al presunto asesino.
Hace dos años, Juana Paez, la madre de Francisco de Pablo, al que llamaban ‘Francis’, explicó a Europa Press que días antes de su desaparición habían amenazado de muerte días antes por un asunto relacionado con drogas.
La última vez que se le vieron con vida fue el 21 de marzo a las 16:30 horas. Estaba junto a un amigo jugando a videojuegos en el piso que alquilaba en Hortaleza cuando le dijo que se marchaba porque tenía que arreglar un asunto, pero que volvería en una hora, ya que tenía que sacar a pasear a sus perros. Sin embargo, nunca más se supo de él. Le llamaron constantemente al móvil pero nunca ha dado señal.
Según reconoció entonces su madre, su hijo era toxicómano y frecuentaba lugares como la Cañada Real Galiana y la Colonia Marconi, por donde le han estado buscando. Además, sus amigos le habían contado que semanas antes había sido amenazado de muerte por una peligrosa familia de origen moldavo que debía dinero a Francisco por un trapicheo de sustancias estupefacientes.
Juana denunció los hechos en comisaría y trasladó lo ocurrido a asociaciones como SOS Desaparecidos, que lanzaron varias alertas. Además, el abogado Juan Manuel Medina se hizo cargo de este caso y pidió al juez abrir diligencias y tener acceso a las últimas llamadas y mensajes del desaparecido, además del interrogatorio a los miembros de la familia moldava.
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