El grupo confirma la muerte del comandante y responde lanzando decenas de proyectiles contra territorio israelí
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El Ejército de Israel ha anunciado este jueves la muerte de un comandante del partido-milicia chií Hezbolá en un bombardeo ejecutado en las últimas horas contra la localidad de Deir Kifa, en el sur de Líbano, en el marco de los cerca de ocho meses y medio de combates en la frontera al hilo de los ataques ejecutados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Así, ha identificado al muerto como Ibrahim Hamza Hamada y ha agregado que era comandante de operaciones de la unidad del grupo en Juaiya, al tiempo que ha subrayado que «era responsable de planificar y ejecutar planes terroristas contra territorio israelí».
«Durante los últimos meses, promovió el establecimiento de Hezbolá en el sur de Líbano y mejorar las capacidades de combate de la organización sobre el terreno», ha manifestado en un comunicado en su página web, antes de señalar que también ha bombardeado un punto de lanzamiento de cohetes de Hezbolá en el sur del país vecino.
Hezbolá ha confirmado la muerte de Hamada, alias ‘Fadl’ y ha manifestado que ha lanzado un ataque con «decenas» de proyectiles Katyusha contra una base militar en el norte de Israel «en respuesta al asesinato perpetrado por el enemigo israelí», según ha recogido la cadena de televisión libanesa Al Manar, vinculada al grupo.
El bombardeo ha tenido lugar apenas un día después de que el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, afirmara durante el funeral de otro comandante del grupo muerto la semana pasada en un bombardeo israelí que la formación se opone a una «guerra total», si bien recomendó al Ejército de Israel «permanecer preparado» en el norte del país.
Las tensiones han ido al alza durante las últimas semanas y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió recientemente de que el Ejército israelí «está preparado para una acción muy poderosa» en la frontera con Líbano. En respuesta, el ‘número dos’ de Hezbolá, Naim Qassem, sostuvo que una expansión del conflicto derivaría en «devastación y destrucción» en Israel.
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